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ENHORABUENA Y VIVA ESPAÑA!
LHF BRUSELAS - Bienvenidos a un programa de radio inclasiflicable e iconoclasta sin más objeto que el de matar el infumable tiempo de la merienda bruseliense. Bienvenidos a un nuevo concepto sonoro retrofriky: la metalocución. Escucha LHF y a volar! Radio Alma 101.9 fm, miércoles de 19h a 20h · Telefono: 0032 (0) 2 345 26 56 lahorafrisky@radioalma.be
Como en toda película épica, había un malo: Mauro Tassotti. Feo, antipático, leñero...italiano! Cuando Luis Enrique pasó por el área, aprovechó para hundirle el codo en la nariz y rompérsela. Y el árbitro no lo vio. Tampoco los jueces de línea. Se consumaba la ignominiosa tragedia. El mejor partido de la historia, la oportunidad única, perdiendo injustamente y nadie vio la brutal agresión.
LHF estuvo allí y no olvida. Nos jodisteis el verano, HIJOS DE...!!!!
Hay veces, incluso, que hasta consigo ver un partido...
Mi relacion con la moda siempre ha sido tortuosa. Odio ir de compras.
Cosas tan simples como el pasar una mañana de compras, probandose diferentes ropas, en diferentes establecimientos, comprendo que sea una necesidad de vez en cuando para la mayoria, un capricho ocasional para algunos o un verdadero placer para otros. Para mi, es una puta pesadilla.
Eso, hasta ahora. Tres hechos aparentemente distintos que ya llevaba conociendo desde hace algun tiempo, aunque con datos incompletos, han terminado por unirse y darme una nueva vision del mundo de la moda.
Pedro J. Ramirez, director de El Mundo, esta casado con Agatha Ruiz de la Prada.
El argelino Yves Saint Laurent, ha muerto.
Patricia Field es la diseñadora de los trajes de la serie (y reciente pelicula) Sex and the City.
No voy a desvelaros la relacion entre esas tres cosillas y mi subito interes por la moda. Espero que vosotros, perspicaces lectores, seais capaces de descubrirla solo por las fotos que se ven en esta entrada.
A vueltas estamos en el terruño patrio con la victoria de Alberto Contador en el Giro de Italia, que es esa cosa que ganaba Induráin en las sobremesas de nuestra adolescencia y que nos recordaba al Tour pero repletito de tipos con nombre de espagueti (Chiapucci, Bugno, Pantani, Di Luca) y sexys mallitas rosas. Muy a la italiana, vamos. Es la primera vez que gana alguien no italiano desde aquellas épicas subidas a
Tiene tela el ciclismo, amigos: mientras hay deportes como el golf o el ajedrez, en los que ves al tipo en cuestión adjudicarse la etiqueta de deportista sin despeinarse o sudar lo más mínimo (el golf se juega con pantalones de pinzas, menudo deporte) ahí tienes a los ciclistas. Escurridos y fibrosos, esqueléticos casi, con la piel quemada por el sol y el viento, aprietan los dientes al límite de su resistencia física, machacando cada órgano de su anatomía hasta la extenuación cada tarde durante cinco horas bajo la lluvia, subiendo a una cumbre entre neveros o bajo un sol de justicia. Y con el martirio añadido además de hacerlo en pleno julio, siendo conscientes de la mirada televisiva y evanescente de millones de tipos que en todo el mundo están aprovechando la parsimoniosa cadencia del agónico pedaleo para quedarse amodorradotes en el sofá tras la ensaladilla, el gazpacho y unas chuletitas. Que viene a ser como si Luis XVI hubiera oído a su verdugo desde el cadalso pedir unas aspirinas para el dolor de cabeza antes de accionar el curioso invento del doctor Guillotin. Además de perro, apaleao.
Pero ha sido esta noche viendo la tele cuando me he dado cuenta de que todo son gaitas. Contador no es un héroe, sino una nenaza. Induráin? Bajo ese aspecto de chicarrón vasco, un cagón. Perico Delgado, Eddy Mercxx, Bahamontes… unos afeminados. Incluso ese gringo que superó un cáncer de testículos para volver a subirse en la bici y ganar 7 Tours antes de encamarse con Sheryl Crow es un cantamañanas –singermornings en su lengua natal. Tanto Tourmalet, tanto Angliru, tanta EPO y tanto hematocrito y necesitan dos semanas para hacerse un tour, una vuelta o un giro. Mariconadas.
Julián Sanz nació en Burgos, pero creció en el País Vasco y se ve que le caló pronto ese carácter vascuence para lo épico. Atestigua la sabiduría popular que la mejor (y única) manera de meter cien bilbaínos en un seiscientos es decir (en su presencia) que no caben. Así que cuando a nuestro héroe le regalaron la consabida bici el día de su primera comunión, empezó por darle una vuelta a la manzana y ya quiso correr el Tour de Francia, como todos los niños del mundo. Bueno, como todos no: él debió de ponerse muy burro porque al final lo acabó corriendo. Y cuando digo burro, quiero decir muy, MUY burro porque a él eso de ‘ronda por etapas’ le debió de sonar a bujarrada y se lo hizo del tirón. Sí amiguetes, habéis leído bien: el Tour de Francia en una sóla etapa. Te subes a la bici, lo haces y te bajas. En plan torero y con un par. Sí, suena a segunda parte del chiste de los vascos y el seiscientos, pero en realidad es una especialidad deportiva denominada ultrafondo. Le Tour Ultime es una de las pruebas más conocidas de este por sí desconocido deporte, y consiste en hacer el recorrido del Tour de Francia en bicicleta, sin etapas y en solitario, es decir, sin ir a rueda de nadie. De día, de noche, con lluvia o con sol. Por muy vasco que se sea no hay manera de evitar bajarse de la bici alguna vez, de hecho tras las primeras 36 horas seguidas surge la necesidad de dormir, aunque sólo sea un poquito. Aunque tampoco es que se le pueda llamar dormilón: diez minutos al anochecer y otros diez minutos al alba. En la entrevista televisiva contaba cómo este aspecto es importante y también lo entrena a conciencia: tras cinco horas en la bici vuelve a casa para tumbarse en una esterilla de camping sobre el suelo, y diez minutos más tarde alguien le despierta para inmediatamente volver a subirse a la bici y seguir pedaleando otras cinco horas. Por supuesto, el control mental tiene que ser extremo (algo así como lo que hacemos todos cuando suena el despertador y parece que hace diez minutos que nos acostamos, pero sin el ‘parece’). Después de los primeros días el cuerpo se va resintiendo y pasa a ‘regalarse’ una hora de sueño enterita al día. Y a la bici. Por el camino, su entrenador y su familia le siguen en coche y le van contando cosas, le dan de comer, juegan con él a adivinar bandas sonoras… casi como hacían con nosotros nuestros padres cuando nos llevaban a la playa de pequeñajos. Al fin y al cabo, ¿quién puede negar que este es un viaje muy largo? Reconoce haberse quedado dormido más de una vez mientras pedaleaba, sufriendo la cruel y dolorosa llamada del despertador que es el duro suelo. Cuatro mil kilómetros ascendiendo por los Alpes, Pirineos y el Macizo Central. En el 2006 quedo tercero y lo hizo en 11 días. En el 2007 ganó después de 11 días y 17 horas y consiguió el titulo de campeón del mundo de ciclismo ultrafondo. Había dormido menos de doce horas en total cuando llegó a su meta.
¿Y que hará este mozalbete cuando no está corriendo el Tour de Francia a su bola? Pues se aburre, como todos los chicarrones, y por eso le da por las excursioncillas: hace un tiempo quiso hacer el Camino de Santiago, desde Roncesvalles a Compostela, y a ello se puso. Sí, imagináis bien: lo hizo del tirón. 28 horas y se estaba tomando un pulpo a feira en También tiene pensado conseguir un récord, pero nuevamente al zagal lo del ‘Récord de
Y tan feliz, sanote que está el muchacho. Ahí le dejamos, camino de su próxima hazaña: como se ve que Europa se le va quedando pequeña, el próximo domingo 8 de junio aprovechará que los mortales estamos con las tradicionales tapitas para tomar la salida en
¡Aúpa Julián!
A raiz de ello, durante el siguiente partido al que fueron juntos los Beckham, Victoria no le quitó ojo de encima a su marido. Cuando a este se le escapó la vista, Victoria no reaccionó con entusiasmo:
Aquí podemos ver un movimiento claro de "que no, cariño, que no es lo que tú crees", "que sufro de nistagmo en silencio":
Siendo esta es la típica cara de "joder, tampoco es para ponerse así...":